Sinceramente espero que no vengan las
olimpiadas a España. No tanto por la cuestión del gasto que supondrá que puede
llegar a ser amortizable. Sino por nuesta patética incultura deportiva. Algunos
me dirán que tenemos un montón de grandes campeones: y es cierto, los
deportistas españoles destacan en una serie de deportes. Pero la realidad es
que los españoles nos acercamos al deporte desde el fanatismo, y no desde el
amor al propio deporte. Alguno me dirá que mi planteamiento es naif y qué en
realidad algo parecido pasa en otros países. Sí, es cierto, el chovinismo no es
exclusivo de España y ni siquiera hemos inventado la palabra. Sí, es cierto,
las olimpiadas modernas son sobre todo un negocio (que puede ser ruinoso como
en Grecia). Pero al margen de eso, las olimpiadas son sobre todo un escaparate
para el deporte, para la amplia variedad de los mismos y dónde tradicionalmente
hay deportes que eclipsan a los demás, la natación las primeras semanas, el
atletismo las últimas y tampoco quiero olvidarme de la gimnasia. Estos, son
indudablemente los reyes de las olimpiadas. Pasan los años y se recuerda a Owens,
al black power, a Spitz, a Comanecci, a Coe, a Bubka, Gebreselassie, Thorpe, Phelps
o Bolt. En España todos estos son deportes mediáticamente inexistentes,
hablaremos de Phelps o Bolt si se pone la camiseta del Barça o del Madrid pero
pasaremos olímpicamente de ellos cuando compitan o hagan marcas de esas,
estratosféricas. Estos días van a ser en Barcelona los mundiales de natación,
la repercusión que están teniendo es ínfima. En breve serán los mundiales de
atletismo, y al parecer nadie va a retransmitirlos en directo, a pesar de que
los derechos de televisión nos vienen casi regalados.
Mientras Alejandro Blanco, el
presidente del COE, suelta cosas como “sin las olimpiadas el deporte español
está muerto”, ¿en serio? Seamos claros si el deporte español depende de que nos
den unas olimpiadas cada 20 – 30 años,
mejor dedicarse a otra cosa.
La falta de cultura deportiva y la
improvisación en cuanto a la política deportiva en España son solo una parte
del chiste olímpico. Quiero dejar claro que considero que nuestro país tiene en
este momento prioridades bastante más graves que el deporte, pero también
considero que lo que se haga en deporte, debe hacerse bien.
Como decía la
improvisación y la falta de cultura deportiva no son las únicas características
de la marca Madrid 2012/2016/2020 (filiales de la Marca España como todos
sabemos), existe una característica más, las trampas. Trampas que se manfiestan
en cosas como que Nos esté relacionado con Madrid 2012 y llevándolo al Deporte
con los casos de Dopaje. Hemos cerrado en falso todos los grandes casos de
dopaje en España, y lo que es peor, ni siquiera nos hemos preocupado en
disimular. Nuestra actitud hacia los que dopan y se dopan es nauseabunda.
Convertir en casos de estado el positivo de contador y arropar en la
vicepresidencia de la RFEA a Marta Domínguez son solo algunos de los casos más
flagrantes. No solo hay doping en España, también en otros muchos países, pero
nosotros lidiamos con el doping de
manera naif e interesada, primero negamos, luego encubrimos y al final si es
posible minimizamos y vuelta al juego. Señores, Contador y Marta se han dopado,
todos los indicios apuntan a ello, si legalmente se puede demostrar o no, si se
pueden aceptar legalmente unas escuchas o no, no cambia el hecho de que el
doping ha existido, podemos aceptar que no hay condena y dejarlos competir
respetando sus derechos legales, pero no podemos convertirlos en mártires de
una supuesta conspiración contra el deporte español. Son este tipo de actitudes
condescendientes, las que extienden la sombra a todos los demás. Dwain Chambers
dio positivo, cumplió la sanción y volvió a competir en las olimpiadas de 2012,
pero el Reino Unido no hizo de él un mártir, el Reino Unido le dejó competir
porque el deportista tenía derecho a hacerlo, ellos sabían que lo mejor para su
deporte era que no compitiese y trataron (dentro de la legalidad) de impedirlo.
En EEUU se han cargado a figuras como Marion Jones, Tim Montgomery o Lance
Armstrong y aunque existe la certeza de que el doping campa a sus anchas en sus
ligas profesionales (esto tb se aplica a nuestros ÑBA), al menos no les tiembla
el pulso cuando deciden que hay que actuar.
España no merece unas olimpiadas,
está bien tener unas olimpiadas para impulsar el deporte y el espíritu deportivo, pero si quieres unas segundas Olimpiadas, tienes que merecerlo y nosotros no lo
merecemos, así de sencillo.