Debo decir que me ha sorprendido
la euforia de las últimas semanas en torno a lo de Madrid 2020. Se creó tal
clima que hasta yo mismo llegue a pensar que igual si era posible que se
celebrasen esos juegos. Objetivamente siempre he pensado que Madrid no tenía la
más mínima posibilidad, pero la atmósfera creada hacía pensar lo contrario.
Las reacciones iniciales tras la esperable derrota, como
cabía esperar no pudieron ser más "españolas", palabras como tongo,
injusticia aparecían por todas partes como sí lo de Buenos Aires no fuese más
que el escenario en el que se iba a hacer oficial una victoria que ya se nos
había comunicado, nada más lejos de la realidad.
Soy de la opinión de que España
no debe de momento presentarse a unos juegos. España ya ha tenido unos y los ha
tenido hace muy poco tiempo y creo que un país como el nuestro tiene que asumir
que no le toca, no nos toca. Muy pocos países repiten, y los que lo hacen
tienen un peso en el COI, en el olimpismo y en el mundo bastante más grande que
el de España. España puede considerarse afortunada de que le hayan tocado unos
juegos olímpicos. Repetir es para los importantes, EEUU, Reino Unido, Grecia
(separados por más de un siglo a pesar de ser la cuna del olimpismo), Francia
(no los celebra desde 1924), Alemania... Quizás nuestro caso sea más comparable
al de Australia, dónde por cierto, ambas ediciones se celebraron separadas por
44 años.
Es decir, para que a España le
caigan otros juegos, estos deben ser muy pero que muy prometedores. Y por muy
buena salud de que disfrute nuestro deporte (algo bastante opinable si se mira
con perspectiva) nuestra oferta no es en absoluto prometedora. Madrid es
ciertamente una ciudad interesante, pero afrontémoslo, Estambul o Tokio son más
sugerentes. Luego está la justificación de los juegos, ¿por qué el COI debe
darnos unos juegos? No, que tengamos el 80% (o el 90% dependiendo de si es la
primera o la última frase del discurso) de las instalaciones no es un argumento
de peso, todo el mundo va a construir las instalaciones a tiempo, solo
faltaría.
En 1992 resultaba difícil
justificar que España aún no hubiese albergado una cita olímpica, además el
país empezaba a mostrarse al mundo después de una larga dictadura y España
empezaba a incorporarse a la modernidad y a Europa. Los juegos eran algo que
resultaba apropiado (más o menos como ahora en Turquía o Brasil). Sin embargo
en 2012 (¿a quién se le ocurriría la idea?) o 2020 España no tiene nada nuevo,
nada sustancial que ofrecer al mundo, nada particularmente distinto con
respecto a 1992.
Hablamos del buen momento del
deporte español, pero ojo, no es precisamente el deporte olímpico el que pasa
por su mejor momento. Tenemos algunas figuras deportivas, pero no somos esa
potencia que nos creemos, mucho menos en deportes olímpicos y desde luego no en
los deportes clásicos de las citas olímpicas como el atletismo o la natación (a
pesar del notable despegue de este último en cuanto a resultados). Además, el
lamentable estado de las federaciones menos mediáticas y la poca transparencia
de casi todas la federaciones no nos hablan de un país sano deportivamente
hablando. El discurso no mejora cuando supeditamos la salud del deporte a que
nos concedan unos juegos ¡En serio! ¿De verdad que nuestro único plan consiste
en chantajear al COI? "Cómo no nos deis los juegos el deporte en España se
muere, vosotros veréis..." En qué quedamos, nuestro deporte es un ejemplo
de salud o es un enfermo terminal.
Ya hemos visto algunos aspectos
que por sí mismos ponen la candidatura madrileña al borde de la viabilidad,
lamentablemente aún nos quedan otros aspectos muy relevantes como el doping. Lo
siento, pero parece que en el resto del mundo no se creen a nuestros
dopartistas, y la lamentable manera con que hemos cerrado los últimos grandes escándalos
relativos al dopaje no nos da ninguna credibilidad. Que Marta Dominguez
participe en una comisión del senado sobre el tema del dopaje y cuente con el
apoyo de la RFEA cuando se sabe (aunque no sirva ante un tribunal) que está
envuelta en una red de dopaje no nos ayuda. Que Zapatero y Rajoy solo se pongan
de acuerdo para decir que Contador es inocente (mucho o poco pero ha dado
positivo) tampoco nos ayuda. El movimiento se demuestra andando, y no diciendo
que andas. Lamentable el papel de Alejandro Blanco, Odriozola y demás en esto.
Lamentable tener sangre de dopados y no hacer todo lo posible por
desenmascararlos. De verdad alguien puede dudar de que esa actitud extiende las
sospechas sobre todo el deporte español.
Tampoco nos ayuda la situación económica,
¿en serio, un país que se está hundiendo económica y socialmente no tiene nada
mejor en lo que invertir el dinero (que habrá que pedir prestado) que en unas "olimpiadas
austeras"? ¿De verdad estamos privatizando la educación, la sanidad y
sacrificando las condiciones laborales de los trabajadores pero unas olimpiadas
son un buen negocio?
Todo lo anterior es más que
suficiente para tirar cualquier candidatura, pero Madrid 2020 todavía guardaba
ases en la manga. La prepotencia expresada a la manera española, con la euforia
inconsciente que ha precedido a cada uno de los palos que nos hemos llevado
como país. La incoherencia de pensar que somos favoritos cuando en el resto del
mundo éramos los últimos en todas las apuestas (¿de verdad creímos que solo
dejarían votar a los madrileños?). La incoherencia de ir de austeros pero
llevar la delegación más grotesca posible a Buenos Aires, no solo en cuanto al
número sino en cuanto a los propios miembros de la expedición, sinceramente
sigo sin tener claro que pintaban allí Rita Barberá o Amaia Salamanca (y no me
he molestado en mirar detalladamente quienes eran todos y cada uno de los
miembros de la expedición). Vamos una candidatura que va de austera pero que
invita a todo quisqui a "hacer lobby" en Buenos Aires. También resulta
grotesco la manera en la que primero celebrábamos a nuestros
"lobbistas" y luego criticábamos el sistema de elección del COI.
Ah, qué todo lo anterior no nos
parece suficiente para tirar la candidatura (se ve que somos españoles), bien,
aún tenemos más, un clásico, un lugar común, políticos manifiestamente
incompetentes. Una cosa es no saber inglés, que ya de por sí es limitante y
difícil de entender en escenarios internacionales, y otra muy distinta es hacer
el ridículo de la lamentable manera que lo han hecho las caras más visibles de
Madrid 2020. El COI no se ha reído de nosotros, nosotros hemos intentado
reírnos de ellos que no es lo mismo. O mejor dicho, los de siempre se siguen
riendo de los españoles de a pie.
Después de repasar la grabaciones
y los vídeos que han rodeado al evento, uno tiene la sensación de que la
corrupción del COI la representan más los 26 miembros que nos han dado su apoyo
que aquellos que nos lo han denegado, no se puede ir de serio por la vida y
dejar a Ana Botella hacer lo que hizo. Si tu inglés no es bueno, ten la
decencia de practicar el discurso, o búscate una traducción simultánea.
Pero no sólo Ana Botella, el
propio Alejandro Blanco ha dejado mucho que desear, en este sentido me parece
particularmente lamentable el mafiosísimo mensaje dado tras la derrota
"sabemos quiénes son nuestros amigos"... Seamos claros con esta gente
no se puede ir a ninguna parte. Hasta el más republicano siente simpatía por el
príncipe viendo los compañeros de viaje que le han tocado, tremendo el papelón
de Pau y cía.
También merecen comentario las
reacciones a la derrota que han sido en general tan lamentables como los
preparativos para la victoria. Una ciudad con verdadero espíritu olímpico no se
dedica a criticar a los rivales que la han superado, celebra el logro de las
mismas y celebra que haya una nueva ciudad dispuesta a celebrar unos JJOO
y que la llama del deporte siga encendida. En una ciudad con espíritu
olímpico la gente se va llorando e insultando al enterarse de que no va a ganar.
En una ciudad con espíritu olímpico se mantiene la fiesta y se aplaude al
elegido.
Lamentablemente en España a pesar
del excepcional ejemplo que suponen deportistas como Nadal o Gasol seguimos sin
tener ni idea de que va eso del deporte y el espíritu olímpico. Por eso hubiese
sido injusto que nos diesen unos juegos, y en parte porque hubiese sido
injusto, no nos los han dado.
No señores, unas olimpiadas son
algo más que adjudicar el 80% de las obras de una potencial villa olímpica,
menos aún, cuando es razonable sospechar que el dinero de esas adjudicaciones se
ha transformado en sobres en los bolsillos de las mismas personas que han ido a
Buenos Aires a depauperar aún más la "Marca España" haciendo el
ridículo delante de todo el mundo.
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